1/9/08

Necesitaba un descanso en mi continuo esfuerzo por sacar adelante mi día a día, en el fondo nada es fácil y todo puede fallar. Pero el concurso ha finalizado para mi, no quiero seguir participando, entenderlo no debe significar sufrirlo otra vez.
Me asombra la seguridad con la que me he presentado a las últimas pruebas y espero que así siga; aunque hoy, al estar frente a esa gente y cara a cara con ellos, mi extroversión veraniega se ha hecho trizas y apareció de nuevo, como cada vez, mi parte introvertida.
¿Como evitarlo?
Dudo que evitarlo sea la solución, pero no hay porqué estar de ese modo en las mismas situaciones. Solo es el principio de algo que acaba en breves.
¡Golpeate! ¡Observa!
Cierto es que ellos no avanzaron, ¿qué culpa tengo yo? Para mi no hay un final claro en el camino, nunca acaba, es infinito. Me ponéis a prueba una y otra vez, ¿esperáis algún milagro?
¡Rómpelo! ¡Olvídalo!
Siempre tuve miedo a que no me gustase lo que en mi había, tenía tendencia a huir de mi. Esa luz que vi, el bosque... sentía miedo y deseaba escapar. ¿Pero por qué vivir siempre escapando de uno mismo? No, no lo volveré a hacer. Así soy y así seré. Ya está decidido.
¡Vuelve a concursar! ¡Húndete!
No perteneceré a vuestra partida, punto y final, no es mi lugar.
¿Y cuál es tu lugar?
Esa pregunta se repite en mi cabeza, pero en estos momentos no me importaría no obtener respuesta. Vivo en un mundo, en un planeta llamado Tierra, eso es lo que hay...no?