8/8/08

En el transurso del tiempo....(¿1?)

Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Las agujas del reloj no paran de moverse.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
El goteo que se escucha del grifo de la cocina les resulta incordiante.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Él sostiene en su mano una copa que contiene su whisky escocés favorito, remueve constantemente los tres dedos de líquido que se ha vertido, trazando círculos y observando el movimiento del alcohol.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Ella sujeta con delicadeza una copa con martini y juguetea con el palillo que lleva la aceituna, fijándose en esa distracción que ha creado para si misma.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Y el tiempo no deja de correr ante sus ojos cansados y aburridos.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Ambos miran el teléfono, como esperando una llamada verdaderamente importante. Él se desespera a cada segundo que pasa, ella procura mantener la calma.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Ella se come la aceituna y toma un sorbo de martini, observando al hombre que está sentado frente a ella con una mirada seductora que no puede evitar.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Él está desesperado, y cada vez más nervioso. Intenta beber algo del escocés. Dos dedos le quedan ahora. Vuelve a remover el líquido.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
El hombre se pone histérico, no soporta escuchar el sonido del reloj. Se levanta del sillón y con un grito de rabia lanza la copa contra la pared haciéndola estallar en mil pedazos. Los cristales salen disparados en todas direcciones pero no llegan a cortar la piel de las dos personas.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
La mujer ni se inmuta, se acaba el contenido de su copa y la deja sobre la mesilla junto al teléfono. Él emite un suspiro, desconozco si de tristeza o resentimiento. El teléfono aún no suena.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
Se oyen unos pasos rápidos subiendo por las escaleras que dan al ático. De repente alguien abre la puerta y los apunta a ambos con una pistola.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
No se escucha ningún grito, no se aprecia ninguna expresión en el rostro de ambos. El intruso armado les amenaza de muerte, insiste en matarlos. La mujer le dice que la mate, pues para ella no tenía sentido vivir sin sentir nada, no le importaba morir, durante todos esos años sólo había vivido una farsa.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
El hombre le pide al sicario que no la mate a ella, por qué él la ama. Pero ya es demasiado tarde, él hombre armado ya ha disparado y el bello cuerpo de la dama queda agujereado por las balas.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
En la mente del hombre sólo hay lugar para un pensamiento: Ella ha muerto. No puede soportar dicha idea, y se lanza por la ventana del ático.
Tick-Tack…Tick-Tack…Tick-Tack…
El asesino desaparece sin dejar rastro, nadie sabrá nunca que ocurrió en aquél ático esa extraña noche.

Tick-Tack...Tick-Tack...Tick-Tack...